Retablo mayor
El retablo mayor de la Virgen de la Soledad pertenece al último tercio del siglo XVIII, pudiéndose fechar hacia 1770. Ocupa parte de la cabecera hexagonal y está formado por banco, cuerpo principal donde está la embocadura del camarín y el ático. En conjunto, el retablo está en la línea de Nicolás de Rueda y José Ganga, aunque recuerda las obras de los maestros locales de esta época, sobre todo los de José de Sáez.
Retablo de San Juan Evangelista
El retablo de San Juan Evangelista está colocado en la segunda capilla del lado de la Epístola, responde a la tipología de retablos del último tercio del siglo XVIII, de estilo rococó. En el cuerpo central se abre una hornacina decorada en pintura mural simulando unos cortinajes y el Espíritu Santo.
La imagen de la Soledad
La primitiva imagen de la Soledad sería de la época de la fundación de la cofradía, hacia 1595. Pero en 1660, don Pedro Bueno se comprometió a regalar una nueva. Sería una Virgen; una típica imagen de vestir. Al ser titular de la ermita era a la que más devoción tenían los fieles.
Retablo de San Nicolás de Bari
El retablo de San Nicolás de Bari, como dice Muñoz Clares, debió realizarlo Alonso de Monreal entre los años 1579 y 1583. Está dentro de la tipología de los retablos de finales del siglo XVI y principios del XVII.
Escultura del Resucitado
De finales del siglo XVIII en madera tallada, policromada y estofada. Se presenta en actitud de bendecir, con la mano derecha levantada, mientras que con la otra sostiene la cruz, adelanta la pierna derecha a la vez que arquea la cadera y flexiona la pierna izquierda, que le retrae hacia atrás.
Escultura de San Francisco Javier
Obra del siglo XVIII, en madera tallada y policromada, representa al Santo descalzo y vestido con el hábito jesuita, todo de negro, exceptuando una cenefa dorada. Actualmente se encuentra esta escultura en el retablo de la última capilla de la nave de la Epístola. El retablo cronológicamente podríamos datarlo en el segundo cuarto del siglo XVIII.
Escultura de San Nicolás de Bari
Obra del siglo XVII, de madera tallada y policromada. El Santo está representado a la manera tradicional, con los atributos de obispo con mitra y báculo, en actitud de bendecir y con los tres niños que salva de ser ahogados en el pozo. Es una de las imágenes más antiguas que conserva la iglesia de la Soledad.