A lo largo de los años, el Cristo Yacente ha sido restaurado para conservar su esencia. En 1992, el escultor Antonio García Mengual fijó sus brazos y lo colocó sobre una tabla de madera policromada. Más tarde, en 2007, la restauradora Pilar Vallalta Martínez devolvió la policromía original del siglo XVII, asegurando la permanencia de su valor histórico.
Autenticidad Confirmada:
El historiador del arte, José Cuesta Mañas confirmó, tras un minucioso estudio, que esta es la misma imagen documentada desde hace más de 250 años, consolidando así su valor patrimonial y espiritual.
Una Imagen que Transmite Paz:
El rostro del Santísimo Cristo Yacente refleja serenidad y dolor: con la cabeza apoyada en el hombro derecho, los ojos cerrados y una bocanada de sangre que cae por su barbilla. Sus brazos caen inertes y las piernas, con las rodillas ligeramente dobladas, evocan el momento de la crucifixión.
Este legado no es solo un testimonio del pasado, sino una invitación a seguir caminando juntos en fe y hermandad.
Durante la restauración de Pilar Vallalta - Año 2006
Semana Santa 1992
Rostro tras la restauración de Antonio García Mengual - Año 1992
Rostro durante la restauración de Pilar Vallalta - Año 2006
Rostro tras la restauración de Pilar Vallalta - Año 2006 (Imagen actual)